Imagen: Fernando Aragón. |
Entra por donde quieras
al frío.
Dejaré encajada a la
virtud de tus pasos
el hogar de las
sábanas. Atraviesa
la mano alzada que no
muestra la pausa,
que te incumbe y te
implora el paseo.
Es en el lugar de los
sueños donde la vida
deja de serlo para ser
porvivir,
orgasmo de azul frío en
mañanas de domingo.
Dejaré encajada la
puerta que no buscas
por si un camino
perdido asoma
en el laberinto de los
relojes con retraso.
Sé de un paraje entre
paredes
en el que las noches
más silenciosas
la risa despeina el
flequillo de los muertos,
y la sangre es una
fiesta estrellada
y los enchufes sirven los
vinos mejores.
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