A P.V.
Qué importan ayer o mañana
si nos hemos concedido los silencios:
tu boca callada y pacientes mis oídos,
inmóviles mis labios y tu sonrisa expectante.
Qué importa la vida, qué importa
si no nos conocíamos, si tus ojos
me han hablado de los sueños
y nada más que de los sueños.
Qué importa a mis manos
más que tu distancia, que tus manos
distantes en el tiempo se diluyan.
Pero qué importa ya nada para dos desconocidos
que se lo dan todo con nada y por nada
en la tarde que los vio nacer, vivir y morir.
Cuando el tiempo y el espacio han sido nuestros,
cuando hemos besado la mentira
y la verdad nos ha hecho sonreír,
y cuando nos hemos brindado la palabra
que sólo pronunciaron los párpados,
qué importan ayer o mañana, qué importa.
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