No encontrarán los ríos mar, ni vuela
en los cielos el pájaro que tiene
a la pasión erguida si se abstiene
el amor por las calles donde velan
despiertos los demonios. Hoy cincelan
en la ciudad del bien el mal que viene.
Nada ni nadie existe ¿quién detiene
la inercia de desastres que modelan?
Se confunden los hombres con el mono
en el llanto, ciudad de los pesares;
donde mi pluma apunto y encañono.
Se confunden las víctimas en mares
de feroces verdugos, de abandono
los dioses se disfrazan de juglares.
No hay comentarios:
Publicar un comentario