miércoles, 4 de junio de 2014

La herencia



Todos los espantos que desconocemos
miran al sol de nuestra vieja fotografía
y suman el peso que tira de nuestras ojeras.
Cantamos hoy la canción de los dos que caen
y que no saben que del abismo
se salvan dos con un único paracaídas.

No sé lo que me pediste y yo te dije que no
para escribir juntos una larga historia
sobre la estupidez, que arrojar luego al olvido,
o quemar con la llama que nunca iluminó
la sonrisa ni la mano ni tus pasos .

Son estas noches sin ti y son sus mañanas
las que me empujan a hablarte y a decirte
que eres dolorosamente bella y nueva
en lo infinito y pálido de tu universo.

Esta luz roja como el demonio rojo
del semáforo que no sabemos que compartimos
nos canta una canción que cuenta
que no somos más pero tampoco menos

que la herencia de la destrucción o el amor.

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