Reproducción de un
breve fragmento extraído de Ampliación
del campo de batalla, primera novela de Michel Houellebecq.
Él -quien habla- está
internado en un "centro de reposo". Ella -quien escucha- es
enfermera.
Algunos
seres experimentan enseguida una aterradora imposibilidad de vivir por sus
propios medios; en el fondo no soportan ver su vida cara a cara, y verla
entera, sin zonas de sombra, sin segundos planos. Estoy de acuerdo en que su
existencia es una excepción a las leyes de la naturaleza, no sólo porque esta
fractura de inadaptación fundamental se produce aparte de cualquier finalidad
genética, sino también a causa de la excesiva lucidez que presupone, lucidez
que trasciende claramente los esquemas perceptivos de la existencia ordinaria.
A veces basta con colocarles otro ser delante, a condición de suponerlo tan
puro y transparente como ellos mismos, para que esta insoportable fractura se
convierta en una aspiración luminosa, tensa y permanente hacia lo absolutamente
inaccesible. Así pues, como un espejo que devuelve días tras día la misma
imagen desesperante, dos espejos paralelos elaboran y construyen una red límpida
y densa que arrastra al ojo humano a una trayectoria infinita, sin límites,
infinita en su pureza geométrica, más allá del sufrimiento y del mundo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario